23/9/13

Revertere et revertar




Me he convertido en polvo sobre la olvidada mesita de noche. He de sentarme frente a un río contaminado y encharcado de recuerdo, en el que se refleja una risa loca y ruidosa que vuelve salvaje el condenado instinto, que grita en tres tonalidades diferentes que me haga bandolero y que la despoje de la ropa.

Mi condena se ha basado desde el principio en mirarte de reojo y permanecer pétreo ante el ritmo de tus tacones y tus formas , trazadas por un artista que vendió su pequeña porción de alma a un caprichoso Mefistófeles que tenía decoradas las paredes de su hogar con los retratos , sacados de ocultos relatos, mas inconfesables.

Y me veo forzado en sueños a buscarte más abajo de donde el Sol luce orgulloso…

Pues sé que como capricho nunca te alojarías en el cielo, que gotea ante tu imagen y peca ante el enjambre de risotadas que siempre invaden tu voz.
Intuyo que tu huida es premeditada. Puedo imaginar que las últimas señales fueron tan obvias que te cortaste con una rápida pasada de visión, con una sinuosa palabra. Quizás se te atragantó algún varonil verso… o tal vez es que te cansaste de seguir el febril juego de la serpiente y el dragón.

Yo, cercano al suelo, quieto en mi morada, ejerciendo devoción, presión y paciencia. … Tú, alzando las alas como bandera, siempre en movimiento, volátil, ruidosa, brillante. Suministrando e insuflando vida, transmitiendo tras los cristalinos  espejos las coordenadas y la posición en que unas manos deben de agarrarte, como se deben enjaular tus garras con suaves nudos tejidos con sabanas empapadas, testigos del desenfreno y los aullidos con los que tus fauces ponen en guardia a una luna resquebrajada en su maquillada noche.

Yo, alimentando la estúpida ceguera, encerrado en pensamientos incandescentes…

Tú, temiendo el tacto de un ciego cubierto de llamas y papeles en los que interpreta lo deseado y lo vivido.

Hay que conformarse con lo que nos toca.
Saliva y una pequeña llamarada de fuego… después ceniza y olvido.

Así paso mucho tiempo… Acariciando ese pésimo grabado esculpido en frío mármol e imágenes paganas. Una escultura creada a sabiendas que terminarían quedando grietas surgidas del capricho y la codicia… Una imperfecta imagen de una Andrómeda atada con las cadenas naturales formadas por una ligera y brillante trenza, que soltará el cuerpo de la roca cuando sea necesario…Cuando se aburra del cautiverio consentido de un par de horas. Esa es la mejor forma de conseguir una inmortalidad poco merecida. De conseguir paginas arrancadas y una atención que desprecia.

En esta búsqueda no hay héroes… No hay damiselas en apuros… ni siquiera peligros o monstruos… Solo existen escenarios que tras una pasional batalla quedan vacíos.

D. Brun 

16/9/13

Nieve enrojecida ... y silencios que dicen todo





Quizás me acerqué demasiado a la superficie de tu cuello.
La sonrisa nerviosa, el temblor de voz, la pregunta sin sentido, y el adolescente movimiento instintivo.
Quizás una campana de vacío nos cubrió y todo aminoró su ritmo.

Todo giraba en otra esfera diferente en el que mi voz no tiene importancia, carece de eco,  mi mirada acaba siendo la maldición de la ceguera, buscada frotando arena en los parpados, violencia indiscriminada hacia los sentidos, creyendo que es en el plano físico donde se aloja la memoria del haber besado…Haber tocado… Maldecido…. Y Adorado…

Del mismo modo que yo hacía figuras de arcilla, figuras que cobraron vida para hacerme pagar por cada una de mis mentiras…tantas… como veces escribí tu nombre en el aire. Tantas como veces escupí en el paisaje, encarándome al horizonte que no se extiende hasta tu posición.

¿Cómo es el Sol que adornas?

¿Cómo es el Sol que me niegas?

Vuelvo a centrar mi pensamiento en la dirección  a la que creces… En el momento que te respiro
Vuelvo a aterrizar en ese instante y con una sonrisa trataré de pedirte que seas tú la que me mate… la encargada de mi extinción.

Lo deseo, no voy a mentirte.

Quiero que seas tú la que me arroje a la nada…la que me haga arrastrarme entre nieve enrojecida y la más pagana desnudez.

Se Alfa y Omega, ese sería mi deseo… Caer en la eterna figura del Ouroboros y morder por ser destruido.
Necesito volver a odiar todos los átomos en los que influye tu presencia… necesito pudrirme de nuevo cada vez que pisas el suelo por el que me arrastro.

Necesito que temas mi lengua, mi reacción, mi eyaculadora mirada… solo así estoy seguro que existo en las pantallas del día a día.

Y trato de sugestionarme para olvidar que me creaste una y otra vez para dejarme caer todas las veces que sea necesario antes de obstruir mi realidad con fotos usadas y dudas de si alguna vez los reflejos fueron reales. Pues muchas veces pienso que no eres más que algo que yo cree para que fueses un elemento de apatía y desidia… Algo perfecto para enfrentarte a un mundo que no va a tratar otra cosa que no sea morderte…

…Ouroboros

… Siendo Yo el que vomitó directamente a lo sagrado y no supo recomponerse.

Me enseñaste a acomodarme aquí abajo donde todos los rincones parecen fotocopias de las reciprocas sonrisas que quedaron suspendidas entre la falta de ozono y el disgusto.

Me acerqué a tu cuello…
Te susurré:” Ódiame… sin eso no soy nada”
…Guardaste silencio…
…el mayor de tus desprecios.


D.Brun  

2/9/13

Como has de fingir ante una estrella ...( 5 minutos )

El astronauta alojó todo el peso de su cuerpo en el terreno recién pisado. Se tumbó y alargo sus brazos en cruz. Levemente bamboleó su cuerpo en el suelo con todo lo que eso conlleva...manchó su traje de cálida arena de composición desconocida y expiró fuertemente empañando la esfera de cristal que recubría su rostro.

Tumbado en un terreno salvaje, miró la atmósfera rojiza que le rodeaba buscando los puntos de referencia que daban sentido a su minúscula existencia... Y dejo de estar en un planeta olvidado. La novedad se deshizo, la mirada apasionada ante lo extraño se diluyó en un pensamiento humano que  prescindía de toda situación geográfica, que rehuía de cualquier sensación física.

No importa como había llegado hasta ese lugar... No importan las coordenadas, ni la situación espacial cuando lo que te rodea es una soledad y un silencio que casi pueden solidificarse como un muro de granito y que pueden despertar el mayor estado alterado de conciencia. No recuerdas lo que viniste a hacer...No lo sabes y comienzas a dudar si todo esto es un sueño o un simple desvarío lisérgico.
Nada importa.

Tu mente ha abandonado tu cuerpo físico... Todo lo que te rodea no es más que pura simbología, un simple escenario que sirve para enhebrar dramatismo a historias y anécdotas mal contadas o subjetivamente observadas. No importa la carne inútil en la que se aloja tu conciencia, tu ser, tu melancolía desenfrenada.
Desde este planeta propio, al que le puedes poner tu nombre, los astros y las desgracias están a la misma distancia que desde la tierra conocida en la que sueles vivir... Lo inalcanzable es, solo eso, inalcanzable... Lo volátil es igual de peligroso que en la atmósfera que estás acostumbrado a pisar.

Piensas romper la esfera del casco y dejar entrar gases a los que nunca te viste expuesto, dudas si experimentar nuevas reacciones que te hagan uno con un universo más complejo e inexplorado... pero incluso rodeado de la mas desértica atención, de la mas pagana de las inexistencias, temes que existan otros seres que repitan la misma operación que tú y que decidan señalar con sus dedos los actos que te planteas realizar. "Egoísta", oirás en sus acusaciones y hablaran de un loco que no supo colonizar nuevas tierras. "Cobarde", gritaran todos a coro mientras tú decides repetir y repetir: "Venus no nos quedaba tan lejos", sin dar mas explicación ante las preguntas que esta afirmación pueda acarrear.

"Egoísta" ...

"Cobarde" ...

Y pensaras en todos y cada uno de ellos, trataras de localizar el ángulo exacto en el que la Luna les está iluminando y te veras con la  fuerza necesaria para preguntarles: "¿Alguna vez me dedicaste cinco minutos en tu cabeza?". Yo por el contrario puedo asegurar que cada recuerdo, cada rostro, cada acción, cada voz, cada escrito... lo llevo en este pesado, sucio, roído, traje de astronauta que me empeño en vestir.Puro teatro ... Pura apariencia.

El terreno se fue volviendo hostil, el aire soplaba fuertemente llevándose tras de si millones y millones granos de esa arena desconocida, y entre ellos pequeños filamentos de una carcasa que ya no podía proteger a nadie. Los pequeños montículos que se formaban iban enterrando un cuerpo inerte, frío  fuera de sí, silencioso, del cual apenas se podía apreciar su forma, si es que alguna vez tuvo una, y solamente dejó la silueta amorfa de un sueño mal enfocado... de un capricho alardeado por el polvo.

Apenas podía seguir apreciando el infinito ante sus ojos, pues la escafandra estaba casi cubierta, pero por un pequeño hueco aun sin cubrir pudo ver como pequeñas nubes de polvo se alojaban sobre él.

Volvió a sentir su cuerpo, su falta de oxigeno, sus miembros agarrotado... y volvió a indagar en lo antes pensado, soltando con esfuerzo dos pequeñas frases que servirían para su epitafio:

"Las estrellas están lejos las mires desde donde las mires... Pero creedme si os digo que el universo es muy pequeño, son tan solo cinco minutos de pensamiento y otros cinco de asfixia".

D.Brun